Me gusta el
3. Me encanta el
3. El
3 es mi número favorito.
Nací el
31 del
3r mes del año, era un domingo de ramos justo cuando cambiaban la hora (a las 2 eran las
3). Mi madre ese año cumplía
30 años y mi padre tenía
33. Este año yo he cumplido
30 años, por lo que he "sobrevivido" a
3 décadas. Dicen que quien nace en domingo tiene un
don.
Siempre he sido el nº
3 en el colegio. Vivo en la Tierra que es el
3r planeta.
Marc no nació un día
3 porque los ginecólogos nos quisieron "aguantar" y nació a las pocas horas del ya día 4... Este año cumple
3 añitos, por lo que yo hará
3 años que fui mamá. Mi maridín este año ha cumplido
33 años.
Si pensamos y repensamos seguro que tenemos muchos nexos de unión con nuestro número favorito.
Pienso que las primeras décadas de nuestra vida son las más importantes, son en las que siembras los frutos que luego recoges, son en las que vives más corriendo para luego relajarte (si puedes). Son las décadas en las que experimentas muchas, muchísimas (prácticamente casi todas) de tus primeras veces, en las que te formas como persona, en la que vas labrando tu futuro. Es increíble lo que experimenta el ser humano en este "poco" tiempo.
Hay personas que usan de su 4ª década para "acabar" de sembrar su futuro. Yo, cerrando los veinti e iniciando los treinta me encuentro más que satisfecha de mis siembras hasta la fecha: poseo la formación que elegí, tengo un currículum acorde con la misma, tengo un trabajo que me entusiasma y en el que estoy a gusto, me he independizado, me he casado con el mejor hombre que podía encontrar (al cual quiero y admiro con locura), hemos formado una familia preciosa, ¡he sido madre! (esto es lo mejor que me ha podido pasar), he cumplido sueños, he alcanzado metas, he vivido muchísimas primeras veces y comparto las primeras veces de una personita maravillosa que se llama Marc. Obvio aún me queda quitar los "im" de los imposibles pero poco a poco...
También que he sufrido cambios (obviando los físicos), cambios a la hora de divertirme, de vestir, cambios de ocio, cambios hasta en la letra, cambios de amistades, cambios de prioridades, cambios alimenticios (típica frase de las madres: "ahora no comes lentejas y luego te las comerás hasta frías" y cantinas por el estilo...).
También he perdido memoria: ¿la capital de México? ¿la valencia del Hierro? ¿el nombre de todos los huesos del cuerpo?; he perdido destreza; ¿usar un compás con un cartabón? ¿hacer la perspectiva cónica de qué? ¿tocar la flauta?; he perdido agilidad: ¿hacer el pino-puente? ¿dos voltereras seguidas? ¿saltar el potro? (pero eso no era un animal...); he perdido organización: ¿llevar el estuche ordenado por gama de colores? ¿llevar todos los libros, la flauta y el chándal un mismo día? ¿agenda mensual-anual de cumpleaños en la cabeza?
Pero he ganado gestión del tiempo: mandar whatssaps diciendo el destrozo que está haciendo Marc en el súper y hacer fotos para subirlo a rrss mientras compro siguiendo el orden de la lista de la compra e intento que Marc no meta al carro todo lo que se le antoje (por ejemplo...); he ganado poder de convicción: si no te acabas la cena te vas a dormir sin el chupete y sin el pío; he ganado poder auditivo (pero bárbaro eh): soy capaz de oír el pestañeo de Marc desde la otra punta de la casa o.O
En fin, no sé qué me (nos) deparará esta década pero si me quedo como estoy ya sería MUY feliz.
Una de las
3 cosas que encierra esta mítica frase ya la "he hecho", otra cualquier día voy al campo y la hago jajaja y otra... está en proyecto...